Campana vivió el jueves 10 de octubre un evento social trascendental: en plena inauguración del nuevo teatro Pedro Barbero, aparecieron en el marco de la tercera Marcha Estudiantil en Defensa de la Educación Pública el creciente Movimiento estudiantil de Campana, conformado por los Centros de Estudiantes de institutos y universidades de la Ciudad, junto al sindicato docente SUTEBA, y en plena inauguración del teatro municipal se manifestaron cientos de estudiantes reclamando contra el Veto de la Ley de Financiamiento Universitario.
Cinthia Spadaro, la presidenta del Centro de Estudiantes del Instituto 15, manifestó “En Argentina, la educación pública ha sido un pilar fundamental para el desarrollo social y la movilidad ascendente. Desde la Ley de Educación de Sarmiento hasta la histórica decisión de Juan Domingo Perón en 1949 de hacer la universidad gratuita, el país ha reconocido que la educación es clave para el progreso de su pueblo. La Ley de Financiamiento Educativo, sancionada en 2005, fue un avance en este camino, ya que buscaba garantizar los recursos necesarios para que el sistema educativo siga creciendo y sea accesible para todos. Sin embargo, la realidad actual muestra una crisis profunda en este sector.
El Gobierno Nacional ha implementado un fuerte ajuste presupuestario que afecta de manera directa a las universidades públicas. Esta decisión está limitando el acceso a la educación superior, algo que no es simplemente una consecuencia económica, sino una decisión política que afecta a los sectores más vulnerables. La idea de que «los pobres no llegan a la universidad» no es un hecho social, sino el resultado de políticas que están desfinanciando las instituciones educativas.
Miles de personas están movilizándose en las calles para exigir que no se vete la Ley de Financiamiento Universitario. Las universidades públicas no solo son un espacio académico, sino también un motor de arraigo social y una puerta para la igualdad de oportunidades. Su rol en la sociedad va más allá de lo educativo, ya que funcionan como motores de desarrollo y cohesión social, permitiendo el acceso de miles de jóvenes a una educación de calidad.
El problema no es de recursos, el ajuste en la educación no se debe a una crisis económica insuperable, sino a una falta de voluntad política para priorizar el futuro de la educación superior. Actualmente, los docentes universitarios necesitan un aumento salarial del 38% para tener condiciones dignas salariales, lo que revela el nivel de precarización que atraviesan. Sin salarios justos y condiciones adecuadas, la calidad de la educación se ve seriamente amenazada.
Es importante recordar que quien no quiere a la universidad no quiere a su pueblo. La educación ha sido, históricamente, un motor de movilidad social en Argentina, y soñar con un país más justo implica necesariamente fortalecer el sistema educativo. Las universidades públicas han funcionado bien durante años, siendo un ejemplo de inclusión y calidad. Las actuales políticas de ajuste no hacen más que desmantelar esta estructura, afectando no solo a los estudiantes y docentes, sino a la sociedad en su conjunto.
La salud y la educación son los pilares fundamentales sobre los que se construye un país. No podemos permitir que se destruyan estos derechos esenciales. Terminar con las políticas de ajuste en educación es crucial para mantener vivo el sueño de una movilidad social ascendente, donde cada joven pueda aspirar a un futuro mejor sin que su origen económico sea una barrera. La educación es la base del progreso de una nación, y es responsabilidad del Gobierno nacional garantizar que este derecho sea accesible para todos”, concluyó.
El gran bonus track de la inauguración del teatro fueron las y los estudiantes de nivel superior que en un canto unificado se escuchaba “Universidad de los trabajadores, el que no le gusta, se jode, se jode”, lo que hizo vibrar la ciudad de Campana.
Esteban Gutierrez